1 Creacionismo.
Atribuye la existencia de la vida a una “fuerza creadora”
desconocida. Esta idea surgió quizá del hombre primitivo y se reforzó en las
primeras culturas, como la egipcia o la mesopotámica. La teoría creacionista
considera que la vida, al igual que todo el Cosmos, se originó por la voluntad
creadora de un “ser divino”.
2 Teoría de la generación espontánea o abiogénesis.
“Esta hipótesis plantea la idea de que la materia no
viviente puede originar vida por sí misma”.
Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia
contienen un "principio activo" y que gracias a él y a ciertas
condiciones adecuadas podían producir un ser vivo. Este principio activo se
compara con el concepto de energía, la cual se considera como una capacidad
para la acción. Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el
cual dirigir una serie de eventos que podía originar la vida, por lo que el
huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en pollo, el
huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente. También se
creyó que la basura o elementos en descomposición podían producir organismos
vivos, cuando actualmente se sabe que los gusanos que se desarrollan en la
basura son larvas de insectos.
Esta hipótesis fue aceptada durante muchos años y se
hicieron investigaciones alrededor de esta teoría con el fin de comprobarla.
Uno de los científicos que realizó experimentos para comprobar esta hipótesis
fue Jean Baptiste Van Helmont, quien vivió en el siglo XVII. Quien realizó un
experimento con el cual se podían, supuestamente, obtener ratones y consistía
en colocar una camisa sucia y granos de trigo por veintiún días, lo que daba
como resultado algunos roedores. El error de este experimento fue que Van
Helmont sólo consideró su
resultado y no tomo en cuenta los agentes externos que
pudieron afectar el procedimiento de dicha investigación. Si este científico
hubiese realizado un experimento controlado en donde hubiese colocado la camisa
y el trigo en una caja completamente sellada, el resultado podría haber sido
diferente y se hubiese comprobado que lo ratones no se originaron
espontáneamente sino que provenían del exterior
Platón o Aristóteles creyeron en la generación
espontánea, y aceptaron la aparición de formas inferiores de vida a
partir de “materia no viva”. Se basaban en la observación natural de la carne
en descomposición, de la que al cabo de unos días, surgían gusanos e insectos.
Francesco Redí (1626-1698) fue un médico italiano que
se opuso a la teoría de la generación espontánea y demostró que en realidad
esos gusanos que aparecían, eran las larvas de moscas que habían depositado sus
huevos previamente. Para demostrar su teoría, en 1668 diseñó unos sencillos
experimentos, que consistieron en colocar pequeños trozos de carne dentro de
recipientes cubiertos con gasa y otros trozos en recipientes descubiertos, para
que sirvieran como “testigo”. Unos días después, la carne que quedó al
descubierto tenía gusanos, mientras que la carne protegida no los tenía.
Además, sobre la gasa que cubría los frascos se encontraron los huevecillos de
las moscas, que no pudieron atravesarla.
En la misma época, Anton Van
Leeuwenhoek (1632-1723), un comerciante holandés con una gran afición por
pulir lentes, estaba construyendo los mejores microscopios de su época, y
realizó las primeras observaciones reconocidas de microorganismos, a los que él
denominaba “animáculos”.
En 1745, el clérigo inglés John T.
Needham (1713-1781), un investigador vitalista intentó, a pesar de los
resultados obtenidos por Redi, demostrar la veracidad de la generación
espontánea. Para ello realizó unos experimentos que consistieron en hervir
caldos nutritivos durante dos minutos, para destruir los microorganismos que en
ellos hubiera (ese tiempo de ebullición no es suficiente para matar a todos los
microorganismos). A los pocos días volvían a aparecer pequeños microorganismos
que, por tanto, debían haberse creado “espontáneamente”.
Lázaro Spallanzani (1726-1799), un naturalista
italiano, no aceptó las conclusiones de Needham. En 1765 preparó ”caldos” en
distintas vasijas de cristal con boca alargada (similar a un matraz aforado) y
los sometió a ebullición prolongada. Unas vasijas las dejó abiertas, mientras
que otras las tapó herméticamente. Cuando calentaba un caldo en un frasco
abierto, se observaba que al cabo de un tiempo aparecían microorganismos,
mientras que cuando lo hacía en frascos cerrados, éstos no aparecían.
Los resultados de Spallanzani no convencieron a Needham y
sus partidarios, quienes alegaron que el calor excesivo destruía la vida y que
los resultados de Spallanzani, únicamente demostraban que la vida se encontraba
en el aire y que sin él no podía surgir (en los experimentos de Needham, los
matraces estaban abiertos). Spallanzani repitió el experimento, hirviendo durante dos
horas sus caldos, pero cometió el error de dejarlos semi-tapados como
Needham acostumbraba a hacer, por lo que al observarlos después de unos días
encontró que todos los caldos se habían contaminado con microorganismos que
procedían del aire. Al considerarse que las pruebas no eran concluyentes, el
problema quedo sin decidirse otros 100 años, en los que la controversia
continuó, hasta que en 1859, la “Academia francesa de Ciencias” ofreció un
premio a quien pudiera demostrar, con suficientes pruebas, si existía o no la
generación espontánea.
El premio lo ganó Louis Pasteur (1822-1895) quien
a pesar de su juventud, en aquella época ya era un reconocido químico-biólogo.
Mediante una serie de serie de sencillos pero ingeniosos experimentos, obtuvo
unos resultados irrefutables, que derrumbaron una idea (la “generación
espontánea") que había durado casi 2.500 años. A partir de entonces se
considera indiscutible que todo ser vivo procede de otro (Omne vivum ex vivo),
un principio científico que sentó las bases de la teoría germinal de las
enfermedadesy que significó un cambio conceptual sobre los seres vivos y el
inicio de laBacteriología moderna.
3 TEORÍA DE LA BIOGÉNESIS
Finalmente apareció la hipótesis denominada biogénesis o
quimiosíntesis. Esta teoría explica la aparición de la vida sobre la Tierra,
por medio de un proceso de diversas reacciones químicas que, luego de mucho
tiempo, transformaron la materia inorgánica en materia orgánica.
La atmósfera primitiva estaba
formada, supuestamente, por numerosas cantidades de vapor de agua, nitrógeno,
hidrógeno, metano y amoniaco.
Con esta composición, la atmósfera
no ofrecía facilidades para la existencia de organismos que necesitaban de
oxígeno para vivir. Los primeros seres que hubo, debieron adaptarse para
sobrevivir en estas condiciones.
Estos compuestos y elementos
químicos que existían en el ambiente reaccionaron y formaron compuestos
orgánicos, como aminoácidos, debido a las radiaciones, erupciones y tormentas
eléctricas. Al cabo de mucho tiempo se formaron moléculas más complejas, las
cuales llevaron al origen de las primeras células y, con ello, al origen de la
vida.
4 Teoría de la panspermia.
-La edad de la tierra se estimaba en unos 6000 años, según la Biblia.
-La única explicación aceptable sobre cómo habían surgido las especies era el creacionismo, que se basaba en el génesis. El creacionismo aparecía asociado al fijismo.
Comprendieron que la tierra era mucho más antigua y abandonaron las ideas fijistas y comenzó a extenderse la idea de que las formas de vida actuales eran la transformación de las anteriores.
Frente a las ideas fijistas, la idea central de las teorias evolucionistas es que las especies cambian a lo largo del tiempo.
El lamarkismo o tranformismo.
El punto de partida del pensamiento de Lamarck era que en los seres vivos existía una tendencia natural hacia la perfección y la consecuencia sería la transformación de las especies. El mecanismo que propuso para explicar cómo tiene lugar esa transformación fue la herencia de los caracteres adquiridos. Se apoya en: las condiciones del ambiente, los cambios ambientales, surgen nuevos hábitos y todas estas modificaciones serán transmitidas a la descendencia.
Frente a las ideas fijistas, la idea central de las teorias evolucionistas es que las especies cambian a lo largo del tiempo.
El lamarkismo o tranformismo.
El punto de partida del pensamiento de Lamarck era que en los seres vivos existía una tendencia natural hacia la perfección y la consecuencia sería la transformación de las especies. El mecanismo que propuso para explicar cómo tiene lugar esa transformación fue la herencia de los caracteres adquiridos. Se apoya en: las condiciones del ambiente, los cambios ambientales, surgen nuevos hábitos y todas estas modificaciones serán transmitidas a la descendencia.
Se apoyó en argumentos: fósiles, distribución geológica de los seres vivos, homologías, desarrollo embrionario y genética molecular.
Más tarde biólogos revisaron puntos de la teoría de Darwin y la interpretaron desde otro punto de vista creando así la teoría sintética de la evolución que sigue manteniendo la selección natural como el principal mecanismo evolutivo y define la evolución como un cambio gradual en la composición genética de las poblaciones.
A principios del siglo xx, el científico llamado Svante
Arrhenius propuso que la vida había llegado a la Tierra en forma de bacterias,
procedente del espacio exterior, de un planeta en el que ya existían. Aunque a
esta teoría se le pueden poner dos objeciones:
· No
explica cómo se originó la vida en el planeta de donde provienen las
“bacterias”.
· Sería
imposibles que cualquier forma de vida puede atravesar la atmósfera de la
Tierra sin quemarse debido a que se ha comprobado que cuando penetran el
planeta se alcanzan elevadas temperaturas.
5 Teoría de Oparín (abiótica o quimiosintética).
El soviético A. I. Oparin y el inglés J. B. S. Haldane
publicaron (en 1924 y 1929, respectivamente) trabajos independientes acerca del
origen de la vida con un enfoque materialista. Sin embargo la obra realizada
por Oparin es más conocida y extensa, este autor concibió una atmósfera
primitiva de naturaleza química reductora, formada por metano, amoniaco, vapor
de agua e hidrógeno que gracias a la acción de los rayos ultravioleta y otras
formas de energía, las sustancias nombradas anteriormente dieron lugar a
diversos compuestos orgánicos. Tales rayos consiguieron penetrar hasta la
superficie de la Tierra porque, con la ausencia de oxígeno en la atmósfera,
resultaba imposible la existencia la existencia de una capa de ozono como la
que, afortunadamente, protege al planeta desde hace muchos millones de años.
Es importante anotar que, en 1952, el estadounidense S. L.
Mille demostró experimentalmente que esta de la teoría de Oparin pudo
corresponder con lo ocurrido. Para ello, construyó un aparato donde introdujo
una mezcla de metano, amónico, vapor de agua e hidrógeno y, después de
someterla a descargas eléctricas durante una semana, obtuvo, según lo
demostraron los análisis químicos, entre ellos algunos aminoácidos.
Pero la teoría de Oparin no se detiene en la formación de
compuestos orgánicos, sino que propone que posteriormente se formaron
amontonamientos o agregados moleculares de constitución química diversa
(llamados coacervados), visualizados como una especie de puente entre los
compuestos orgánicos y las células
Para Oparin, entre los coacervados más estables se
produciría una selección natural que permitiría seguir evolucionando hacia
niveles superiores de organización.
Teorías fijistas y teorías evolucionistas.
Los seres vivos se reproducen y originan otros seres de su
misma especie. No es extraño
que el convencimiento de las primeras especies se haya
mantenido tal y como las
conocemos ahora, predominara entre los naturalistas hasta el
siglo XX. Esta forma de pensamiento se conoce como fijismo. Los
naturalistas recurrían a los relatos bíblicos como fuente de datos científicos:
La segunda gran teoría evolucionista del siglo fue la de
Charles Darwin. Hijo y nieto de médico, Darwin comenzó sus estudios de
medicina, aunque pronto les abandonó. Tenía una enorme atracción por la
naturaleza por lo que le llevó a aceptar una oferta para embarcarse como
naturalista en el Beagle, cuyo objetivo era realizar un viaje alrededor del
mundo que duraría 5 años. En su largo viaje, se sentaron las bases de lo que
acabó por constituir su teoría sobre la evolución.
a adaptación es consecuencia de la selección natural que
ejerce en el medio ambiente sobre la variación hereditaria que se ha generado
al azar, por mutación en una población. Si una población está adaptada a
su medio y las características de este cambian, se pondrá en marcha la
acción de selección natural.
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